LA CRÓNICA: SANTURTZI 1-1 PADURA

UNA OPORTUNIDAD DE ORO PERDIDA

La jornada pintaba perfecta para los intereses de nuestro Santurtzi. Con Erandio y Dinamo San Juan, rivales directos, enfrentándose en Ategorri, nuestro duelo ante el líder nos daba la oportunidad de situarnos líderes si el Erandio no vencía en casa, como así fue. Para ello necesitábamos hacer un partido serio, lleno de oficio ante un Padura que hace poquito, pero que todo lo que hace lo hace bien. Un rival que junta mucho sus líneas, estajanovista, muy trabajado tácticamente, que gusta de estrechar el campo y en ataque fiarlo todo a la clarividencia de su extremo zurdo y su delantero. Una pena no conseguir los tres puntos en la que fue la mejor entrada de la temporada hasta el momento, con 654 espectadores en San Jorge y un ambientazo espectacular. Eskerrik asko familia.

Si bien en defensa no sufrimos a lo largo del encuentro, en cuanto al juego ofensivo también podemos darlo por inexistente, al menos durante los primeros 45 minutos. En esa primera mitad el Padura estuvo cómodo y mandón en el césped, ante un inoperante Santurtzi. Emperrados en jugar por el centro, con las líneas demasiado separadas por momentos para lo que el partido parecía requerir y, ante todo, con la inconsciencia de volver a regalar 45 minutos ante un rival que no concede absolutamente nada. De nuevo tocaba aprender de los errores.

Una historia ya vista en San Jorge, algo que nos está penalizando en demasía. Cuesta destacar a alguno de los nuestros durante esa primera mitad, quizá a Endika Calderón, sobrio y haciendo las cosas con simpleza y acierto, estando siempre en el lugar correcto. Este equipo cuando se templa juega y mucho, pero parecemos necesitar de un susto para mostrarlo. Al menos en casa. Eso o de una buena charla de Pablo Palacio en el descanso, al estilo del ventilador de un tal Alex Ferguson.

Aprendimos de los errores y, con el empate a cero en el marcador, en la segunda parte el Santurtzi sí mostró otra cara, pero este Padura es un hueso de roer. Costó dios y ayuda crear ocasiones, aún a pesar de rondar el área rival de manera constante. Nuestra banda izquierda fue un filón, con Kepa, Romero y un Jonan que se dejaba caer por este lado como puntas de lanza. Por este lado llegaba casi todo nuestro peligro, aunque este era más en forma de llegadas que de disparos y ocasiones. Nos faltaba un plus, un extra que metiera al Padura en su campo. Cuando de repente Jonmar lanza un desmarque en profundidad, recibe un buen pase y se queda solo ante el portero rival. Al central visitante no le quedó más remedio que cometer penalti e irse a la caseta expulsado, siendo el último defensor.

La pena máxima la botó Aranbarri, sin opciones para el guardameta rival. Un disparo duro y seco y el 1-0 lanzaba la fiesta y animaba a una ya de por sí animosa grada de San Jorge. Insisto, ambientazo, algo que se estiró en el duelo que enfrentó a nuestro Senior B ante el Pauldarrak en su lucha por el ascenso (Txapeldunak!). El tanto de Aranbarri nos las prometía felices, pero no. El Padura, que con uno menos parecía que bastante tenía con achicar espacios, le echó descaro y empezó a meternos en nuestro campo. Incomprensible quizá, y sin embargo lo cierto es que el conjunto visitante se encontró con el gol, para el que no hizo demasiados méritos, en un centro al segundo palo, una segunda jugada y una caída en el área pequeña que nos pilló a contrapié.

El 1-1 nos dejó helados y con poco margen de maniobra, ya que el encuentro languidecía en sus últimos diez minutos. Sacamos el culo de nuestra área, tarde quizá, para lanzarnos a la locura de la búsqueda del tanto de la victoria de manera desesperada. La tuvo Mota, quien volvía al césped tras un periodo de baja. Su disparo se fue besando el poste, en la que fue quizá la más clara aunque no la única. El marcador no volvería a moverse y nos quedábamos con un mal sabor de boca que toca cambiar en el próximo encuentro. Lo que no podemos olvidar es el enorme esfuerzo de todos los jugadores que vistieron la morada. Acertados o no, más o menos enchufados, es innegable que los futbolistas de este Santurtzi no se dejan un gramo de trabajo en la caseta. Llegaban fundidos al vestuario, fundidos y con un cabreo considerable. Porque son conscientes no solo de lo mucho que había en juego, sino también de lo importante del choque.

Además querían brindar un triunfo a la poblada grada de San Jorge. Y es que la familia morada nos regaló la mejor entrada de la temporada, con 654 espectadores en el campo, más de la mitad del aforo de nuestro modesto campo. ¡Y qué ambiente! Se está cociendo algo entre nuestra afición, con un grupo que empiezan a conformar una grada de animación que no paró en ningún momento, animando a los suyos y disfrutando de sus jugadores. La ovación final demostró que llegue el resultado que deseamos o no, nuestra gente sabe agradecer el esfuerzo de los suyos. Ver a Varela corriendo más hacia atrás para acudir en la ayuda de su lateral era un espectáculo, así como a Kepa sin parar subiendo la banda una y otra vez.

Eso es pasado ya. Nos espera Iparralde, ante un complicado Indautxu. Si tú crees, nosotros podemos. Goazen Moreak.