LA CRÓNICA: SANTURTZI 1-3 DINAMO SAN JUAN

Merecida derrota

Dolor. Una sensación que no nos gusta y que no deseábamos tener tras el partido del domingo en casa, en el histórico derbi entre nuestro Santurtzi y el Dinamo San Juan. Una derrota clara, justa y merecida ante un rival que fue superior en todo momento. No supimos o no pudimos llevar a cabo nuestro plan, nuestro juego, y nos mostramos incapaces de dominar las diferentes facetas que se dan en un partido de fútbol. El 1-3 final no es siquiera un resultado largo, sino simple justicia a lo visto durante los 99 minutos (descuento incluido) que duró el partido.

Nos las prometíamos felices. ¿Por qué no decirlo? Jugábamos un partido clave en casa, llegando en un momento dulce de forma y con nuestra gente ilusionada. No pudo ser. Algo que se vio pronto. No carburábamos, no parecíamos capaces de contrarrestar el bloque y el trabajo que plantó el Dinamo sobre el verde. Ni con el balón ni sin él tuvimos respuesta ante lo que nos venía de frente. En el minuto 22, cuando nos acabábamos de quitar de encima el fuerte arreón inicial de nuestros vecinos, un  futbolista visitante fue expulsado con roja directa. Eso parecía cambiar el signo del encuentro, pero no. Si algo venimos viendo es que ante diez, en casa, nos cuesta lo mismo que contra once. Inexplicable, o quizá sea un aspecto mental, el caso es que nos atascamos más si cabe.

Solo tres acciones a destacar en la primera mitad, todas ellas llegando desde banda izquierda. Por allí se movían Romero y Kepa, con un Beñat como invitado dejándose caer desde la parcela central. Pero eran solo tres oasis en un desierto kilométrico, sin final. Insuficiente a todas luces, máxime cuando Igartua ya había tenido que trabajar en varias ocasiones. El caso es que esos pequeños brotes verdes y el empate a cero al descanso nos permitían afrontar la segunda mitad de otra manera. Habíamos tirado otra primera parte, sí, pero seguíamos vivos y sabíamos lo que tocaba: bajar el balón al piso, no volvernos locos y aprovechar los espacios entre centrales y laterales del Dinamo.

Nada, fueron un espejismo. Salimos con renovadas fuerzas, pero no fue prolongado en el tiempo y el encuentro fue cayendo hacia el lado visitante. Cuando buscábamos la recta final del partido un penalti por mano de Aguiar se convirtió en el 0-1. Podemos decir que sí, la mano llega tras una clara carga sobre Aguiar que queda desestabilizado, pero en este caso también toca recordar que no se señaló un claro penalti sobre Goiko, futbolista visitante, en la primera mitad. Lo comido por lo servido. El arbitraje no fue excusa ya que el trío de colegiadas demostró un gran nivel, autoridad y categoría durante todo el choque.

Después tocaba lo imposible: remontar un partido para el que nos habíamos mostrado inoperantes. En un saque de banda nos pillan despistados y llega el 0-2. La locura se desató en la numerosa hinchada del barrio San Juan que se desplazó a la grada norte de San Jorge. Los nuestros, que volvieron a llenar la tribuna, siguieron animando y empujando, demostrando que el resultado es importante pero su aliento nunca, nunca, nos va a faltar. Enormes una vez más, peleando contra 400 voces y demostrando que, ellos sí, son lo mejor que tiene nuestro Santurtzi. Eskerrik asko danori.

En el descuento llegaría el golazo por la escuadra de Zatón que, al menos, nos daba un par de minutos para buscar la machada del empate. Ni eso. Acto seguido encajamos el tercero con un disparo desde el centro del campo, a lo Nayim, que hizo justicia a lo visto sobre el verde.

Este quien escribe cada crónica durante lo que va de temporada tuvo “la suerte” de poder entrar al vestuario del Santurtzi al final del partido. Los jugadores estaban molidos físicamente tras un partido duro por el esfuerzo, el sol y el calor, pero sobretodo estaban hundidos anímicamente. Porque la oportunidad era perfecta, en casa, en un derbi, poniéndonos líderes si ganábamos y dejando ya todo en nuestra mano. Y no solo perdimos sino que hicimos, quizá, el peor partido de la temporada. Doloroso.

Esos jugadores que tan jodidos estaban ya se han levantado de otras durante este año. Ocho de ellos sufrieron el descenso la temporada pasada. Esos mismos futbolistas son los que van a tirar de casta y de orgullo para darle la vuelta a la tortilla. Ellos son los que os quieren pedir disculpas por no haber respondido al enorme apoyo que están recibiendo en casa, en San Jorge, y en las calles del pueblo semana tras semana. Saben que están en deuda y están comprometidos a saldarla. No lo dudéis ni un segundo. Porque este Santurtzi se va a levantar. Porque no está todo dicho. Porque quedan cinco jornadas y vamos a pelear hasta el último minuto del último partido. Porque vosotros os merecéis más. Caemos, nos levantamos. Goazen Moreak.