
Domingo, 17:00 horas | Santo Cristo, Arrigorriaga
Fase de Ascenso a 3ª RFEF, Jornada 08
DERIO
0 – 1
CD SANTURTZI KE
65′ Aranbarri (p)
PRIMERA FINAL… ¡VICTORIA!
Matar o morir. Ese era el lema esta semana en el partido que enfrentaba a nuestro Santurtzi ante el Padura en Santo Cristo. No había más. O se ganaba o nos descolgábamos de manera definitiva de la posibilidad del ascenso. Enfrente un Padura que ganando daba un paso de gigante camino de la Tercera RFEF. El duelo era de altos vuelos y así lo entendieron nuestros aficionados, quienes acudieron a apoyar a los suyos. Y se hicieron oír, vaya si se hicieron oír. Alrededor de 90 morad@s poblaron la grada de Arrigorriaga, peleando ante la numerosa hinchada local, batucada incluida. Nosotros con nuestro bombo y nuestras gargantas nos sentimos enormes para llevar en volandas a nuestros once guerreros.
Orgullo. Esa es la palabra que mejor define el partido de ayer. El de unos jugadores que desde el primer minuto se hicieron valer, demostrando que quieren estar ahí hasta el final. Saliendo como motos desde el inicio, arrollando a un rival que no esperaba ese arranque. Orgullo, el de una afición que se fue feliz no solo por el resultado, sino por la actitud de los suyos. Porque más allá del resultado, de la victoria o la derrota, lo que queda, el poso, es el esfuerzo, el trabajo y las ganas de ir a por todas. Estos tipos lo vienen demostrando desde el día uno de la temporada, con mayor o menor fortuna o acierto. Con desconexiones y días malos, con días buenos y otros mejores. Pero la actitud no se negocia y ayer lo demostraron una vez más. Espíritu Santurtzi.
Se notaba el tamaño del día desde el vestuario. Un hervidero de gritos, ánimos, apoyos, directrices. Miradas serias, convencidas, unidas. Un equipo con mayúsculas. Y así saltaron al campo. A por todas. Sí, los 98 minutos totales disputados ayer fueron de color morado. De cabo a rabo. Un equipo sobre el césped que se imponía en todas las acciones a su rival. Un equipo con las ideas claras. Un equipo a muerte con el compañero de al lado. Las llegadas eran constantes, entrando por ambas bandas, con Varela y Romero, apareciendo Kepa y Aguiar, con Beñat descolgándose para disfrutar del balón, con Endika como ancla dirigiendo el ritmo de los nuestros, dando siempre una salida.
Todo salía como debía, con los hombres clave en ambas área dando el do de pecho. Por un lado Cuevas y Jonmar fajándose sin parar, descargando juego a bandas y llegando a zona de remate. Impidiendo el juego en largo del Padura. Cerca de Igartua, unos colosales Méndez y Aranbarri. Uno era Gandalf en el Paso de Moria diciéndole al Balrog eso de ‘No puedes pasar’. El otro Dikembe Mutombo poniendo tapones una noche cualquiera en la NBA noventera y sacando su pulgar, negando la entrada a su rival. Imposible superarles. Yendo al barro y a la pelea cuando tocaba, dándole vida y ritmo a la salida de balón en otros momentos.
La primera parte el Santurtzi ya merecía ir por delante ante el Padura. Pero se mantenía el empate a cero en el marcador. Endika tuvo una preciosa que le sacaron sobre la línea. Cuevas lo intentaba de cabeza. Disparos lejanos de Beñat. Ocasiones hubo. Como también hubo un posible penalti por mano de Méndez en nuestra área. Desde la grada el balón pareció tocar en la mano, es difícil negarlo. Pero la de las manos no es cosa menor, dicho de otra manera, es cosa mayor, y el criterio final siempre depende del árbitro. Que se lo digan a Kepa, a quien le señalaron suficientes manos en la primera parte como para pasarse al balonmano.
La reanudación solo requería de mantener el mismo plan y, si el Padura cambiaba algo, realizar ajustes para combatirlos. La historia siguió igual. Ocasiones, llegadas, esfuerzo, trabajo, dominio. Actitud. Un partido redondo, especialmente cuando Beñat se internaba en el área y sufrió un claro penalti que señaló el árbitro. No hubo protesta posible. Turno de Don Jon Aranbarri. Fue con calma, nadie le pidió el balón porque era su hora. Tranquilidad, mirada al frente, mirada de killer. El último penalti lo lanzó ante el mismo Padura, en San Jorge, y lo mandó al fondo de la red. En aquella ocasión lo dirigió al palo izquierdo del portero. En esta ocasión esperó, miró que el portero se iba hacia allí y se lo cambió. Gol.
Quedaban 25 minutos agónicos. Aunque seguimos dominando y teniendo el control del juego, el Padura está arriba por algo e iba a dar batalla hasta el final. Y así fue, aunque quitando un córner cerrado que cabecearon fuera, no hubo demasiado peligro que reseñar. El carrusel de cambios de Pablo Palacio metía oxígeno en el césped. Jonan peleaba cada balón como si fuese el último de su carrera deportiva, como acostumbra, pero con más ahínco si cabe. Santa estiraba la línea defensiva del Padura evitando que nos metiesen en nuestro campo, corriendo bien a la espalda. Adri y Gartxen saltaban en el descuento para dar un último empujón.
Y así se ganaba un partido clave. Ganar o ganar, decíamos, y se consiguió. Esta semana, este domingo a las 11.15h. ante el Indautxu en San Jorge, toca más de lo mismo. Si queremos llegar con opciones al último día, debemos ganar. Y para ello necesitamos el apoyo de todo@s, de Santurtzi, de nuestra gente. El bombo, las gargantas, el apoyo. Una semana más: matar o morir. Goazen Moreak.
Igartua; Aguiar, Méndez, Aranbarri, Kepa ; Varela (90+’ Gartxen), Beñat, Endika, Romero (90+’ Adri); Jonmar (70′ Jonan), Cuevas (84′ Santa).
Beñat (10′), Endika (28′) y Méndez (81′) vieron la cartulina amarilla.
Espectaculares nuestra gente, nuestro pueblo. Alrededor de 90 morad@s se hicieron notar con su apoyo y sus cánticos en el campo del Padura. Eskerrik asko!